una pequeña reflexion

A veces, las épocas de fiesta no sólo sirven para salir a la calle y pasarlo bien, también sirven para pararte a observar todo a tu alrededor y darte cuenta de muchas cosas. 

Supongo que, de las que más impacta, es ver que toda la gente que te rodea es igual. Todos hacen lo mismo, quieren lo mismo, y tú en muchos momentos te sientes fuera de lugar. A veces incluso, hasta te dislocas, pues no entiendes que esa gente diga que es feliz bebiendo hasta hartarse y haciendo miles de locuras sin pensar en las consecuencias que pueden tener luego.

Ya todo el mundo teme a ser diferente, teme a ser especial. ¿Por qué cuesta tanto ser uno mismo? ¿A qué le tenéis miedo? No pensáis en que vuestra personalidad, la propia, la que de verdad os pertenece, es el mejor regalo que le podéis dar al mundo. Si todas las personas se dieran cuenta de ese detalle, quizás habrían cosas que irían muchísimo mejor.

Os lo digo yo, que no hace falta perder el conocimiento total de la realidad para pasarlo bien y disfrutar, para divertirte al máximo con un mundo que sí es real, no aquel que te provoca huir de ella y vivir algo sin sentido, que luego te hace sentir fatal cuando vuelves a poner los pies en el suelo y ves que nada es como esperabas o como habías vivido.

Hay que aprender a ver lo bueno, a pensar que lo que somos es lo mejor que tenemos. No estaría nada bien desperdiciarlo, y menos dejar escapar lo que llevamos dentro.